Fabián Valero, socio director de Zeres Abogados, ha explicado en un artículo en La Voz de Galicia los sorprendentes datos que dejan las estadísticas de la Tesorería de Seguridad Social en el primer semestre del año, periodo en el que se han disparado los ceses de trabajadores indefinidos y los despidos disciplinarios.
Analizando la extinción de los contratos por su tipología, llama la atención el aumento considerable de los ceses de trabajadores indefinidos, que se han triplicado, pasando de 75.865 en la primera mitad del 2019 a casi 222.700 en este año. También resalta el incremento de los despidos disciplinarios —que no suponen ningún tipo de indemnización—, que han pasado de 7.660 de media en el período revisado del 2019 a casi 12.800 en el 2023. Es decir, que casi se ha duplicado. Además, la mayor parte de las salidas de trabajadores de las empresas por motivos disciplinarios se centran en empleados con contratos indefinidos en el primer semestre de este año: 11.602 —por solo 196 eventuales— frente a los menos de 5.000 en el 2019 (cuando eran el 65% del total de los disciplinarios, porcentaje que ahora sube al 91%).
Según Fabián Valero, la razón de estos datos tan sorprendentes hay que buscarla en la reforma laboral que entró en vigor en enero del año pasado. «Mi explicación es que son los efectos de la reforma laboral, antes no había despidos porque se tiraba de contrato por obra o contrato eventual, y por tanto cuando se producía la extinción del contrato de trabajo, a efectos estadísticos, no computaba como un despido, sino como un fin de contrato temporal», explica.
Que haya más despidos disciplinarios que por causas objetivas —cuando el empresario extingue la relación laboral por motivos económicos, organizativos o de producción— responde para Valero a esa misma lógica. «Como no hay causas económicas, productivas, etcétera, para hacer un despido objetivo, la empresa hace un despido disciplinario y luego, o bien en el Servicio de Mediación Arbitraje y Conciliación [SMAC] o bien en el juzgado, o incluso en la propia carta de despido, reconocen la improcedencia y le dicen al trabajador que vaya al SMAC a reclamar la indemnización que le corresponde, porque no hay causa».
Y añade: «Al tener todavía una pequeña implantación el contrato fijo discontinuo y no existir como tales los contratos temporales o ser de difícil justificación tras la reforma laboral, lo que hacen las empresas es firmar contratos indefinidos, muchas veces para cubrir necesidades temporales, y cuando desaparece la causa por la que contrataron, extinguen ese contrato indefinido y reconocen la indemnización o lo que corresponda. Por eso hoy hay muchísimos más despidos a efectos estadísticos que antes: porque donde antes había un contrato temporal, hoy hay uno indefinido, pero con la misma finalidad».
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