Un drama familiar que ha acabado en un insólito conflicto judicial. Una trabajadora de Stellantis Vigo y su hija, de 13 años, denunciaron a la empresa después de que le denegasen una adaptación de jornada. La empleada había hecho esa petición tras la muerte del padre de la menor, que tenía la custodia compartida, de manera que se encontraban en un contexto emocional muy complejo.
Han logrado una victoria a medias: el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) le ha concedido a la trabajadora el horario que reclamaba y una indemnización de 2.800 euros—pedía 15.000—; sin embargo, le ha denegado a la menor la posibilidad de participar en el proceso y, por tanto, también la compensación de 15.000 euros que reclamaba por vulneración de su derecho a no ser discriminada por circunstancias familiares y de su derecho a la integridad física y moral y a una protección integral.
El papel de Zeres Abogados
La original idea de que la hija formase parte del pleito partió del abogado Javier de Cominges, del despacho Zeres, tras escuchar el relato de la empleada. El letrado argumenta a FARO que la menor, ya adolescente, tiene plena consciencia de lo que le está ocurriendo a su madre y del perjuicio que a ambas les supone la denegación de la adaptación de jornada.
Por ello, está convencido de que tiene «un interés legítimo» en el procedimiento y, de hecho, no da por terminado el recorrido de la reclamación. Stellantis ha recurrido ante el Tribunal Supremo—la defensa no puede porque no existe ninguna sentencia en España en la que puedan basarse— y una vez que el fallo sea firme examinarán la opción de acudir al Tribunal Constitucional.
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